El deseo de ser recordados es tan antiguo como la humanidad misma. Desde el momento en que nuestros antepasados pintaron la primera mano en una cueva, el mensaje fue claro: “Yo estuve aquí. Yo existí.”
La Piedra y el Nombre Durante milenios, la única forma de preservar la memoria fue la piedra. Las Pirámides de Egipto, los mausoleos romanos y las lápidas de mármol tenían una función: resistir el paso del tiempo para decir un nombre.
La Revolución de la Imagen A finales del siglo XIX, apareció la fotografía en cerámica. Por primera vez, podíamos ver el rostro de quien partió directamente en su lápida. Fue una revolución emocional: el nombre tenía cara.
La Era del Legado Digital (Siglo XXI) Hoy, estamos viviendo la tercera gran revolución. La piedra y la foto estática ya no alcanzan para contener una vida llena de videos, audios y matices.
El Código QR en una lápida o urna no es una “moda tecnológica”. Es el equivalente moderno del jeroglífico o la foto de cerámica. Es la llave que abre una puerta a una dimensión que la piedra no puede contener: la historia, la voz y el movimiento.
En QR Memories, no inventamos el deseo de recordar; simplemente creamos la herramienta más duradera para hacerlo en el mundo actual.
